Si me hubieras conocido de niña, de joven o de adulta joven no hubieran pensado que iba a poder llegar hasta donde ahora estoy. Te cuento, nací en una familia disfuncional, papá alcohólico, mamá manipuladora y chantajista, yo la mayor de 5 hijos y por supuesto que yo fui el conejillo de pruebas de mis papás. Fui sujeto de violencia física, emocional y mental por parte de mi mamá, en mi recayeron todos sus traumas y pensamientos estrictos. Y por si esto no fuera demasiado, mi personalidad es la de analizar y encontrar por qué nos dicen qué debemos hacer y que pensamos de cierta forma. Con lo que me iba peor. A la edad de 9 años, yo ya padecía lo que más tarde me diagnosticaron: depresión crónica, no tenía apoyo de nadie y total falta de cariño. Tuve el cariño de un perro que nos regalaron a mi hermana ya mí, pero duro poco porque mi mamá se deshizo de él. Por supuesto, tomé malas decisiones, a los 11 años ya fumaba y tenía novio, volqué todo mi esfuerzo en estudiar y siempre obtuve los primeros lugares en mis años de escuela. Tenía mucho miedo, y ahora entiendo, que también estrés de pensar que mis hermanos no podrían terminar la escuela; no dormía, me la pasaba en la puerta de mi cuarto, escuchando los pleitos y lista para bajar corriendo cuando se pusiera más fea la cosa. Y bueno, muchas cosas más que decir de mis vivencias cuando era hija de familia, eso sí, no recuerdo momentos felices, solo se me grabaron los difíciles y dolorosos. A la edad de 13 años mi mamá nos llevó a mi hermana ya mí a unas reuniones que ahora sé que eran de lo que se conoce como física cuántica y ahí empezó muy poco a poco mi cambio, nunca dejé de asistir a este tipo de reuniones, empecé a leer todo lo que caía en mis manos sobre superación; ya más grande iba a cuanto curso veía que era para mejorar mi vida.

Estaba conmigo tratando de salir de las depresiones cada segundo de mi vida, cuando manejaba iba escuchando casetes de superación. No me soltaba. ¡Llegó un momento en que era una lumbrera! Yo lo sabía todo, PERO seguía con mis estados de ánimo bajos. Los doctores querían empastillarme pero nunca tomé una pastilla, algo dentro de mí me decía que yo iba a salir adelante y lo hice, solo que me tomó mucho tiempo. Llegó el día que amanecí contenta no paraba de hablar y me di cuenta que la depresión se había ido de mi vida y entendí que ahora mi forma de vida, ahora sí, ya era con los pensamientos y acciones que siempre había querido para mi. Con toda esta experiencia retadora de vida y con todo lo estudiado (tengo varias carreras en mi haber, todas para ayudar a las personas a sentirse felices, plenas y abundantes) empecé a ayudar a las personas, en donde iba que me pedían dar una clase, conferencia, sin importar el tema yo terminaba hablando de la importancia de reconectar con la esencia, de vivir muy cerca a la Espiritualidad, de cuidar de uno mismo, tener buenas relaciones, y sobre todo del poder de tenerse confianza, sentirse seguro de uno mismo, el poder de decretar y convertir en realidad los sueños que tenemos y que todos podemos volverlos realidad. Desde hace ya muchos años me dedico a ayudar, apoyar a las personas que están listas para recibir el mensaje, a quitarse todos los “pensamientos basura” que nos han metido en la cabeza desde que nacimos. A enseñarles que nunca es tarde para sentirse contentos, agradecidos por todo, por lo bueno y lo no tan bueno, que todo lo que nos pasa es una experiencia que teníamos que pasar para evolucionar, que todo es siempre para algo.

Ahora, vivo plena, feliz, saludable en abundancia, vivo donde siempre quise estar, en el campo, rodeada de todo tipo de animales. Tengo 5 perros, 2 gatas y 2 conejos (además de mi perrinieta que adoro). Mi intención ahora está en hacer una casa ecológica, sustentable con un lugar para retiros y con huerta para comer de ahí todo lo que se necesite. Todo lo que he deseado se ha cumplido, soy testimonio que sí se puede vivir en plenitud y me dedico a eso. He sembrado varios árboles, tengo 2 hijos, 3 nietos, soy autora best seller, conferencista internacional y mentora de miles de personas hasta hoy. Se que me queda mucho camino aún por recorrer.

¡Ah! Y no reniego de la vida que tuve de pequeña, gracias a esa vida soy quien soy ahora y estoy muy orgullosa de mí. ¡Disfruta cada segundo de tu vida!.