En este mes de mayo que está relacionado con mamá, decidí incluir este tema tan interesante para que hagamos conciencia de nuestra relación con nuestra madre y ver, si todavía hay algo que necesitamos sanar con ella. Cuando conocí las constelaciones familiares hace más de 20 años, recuerdo que leí una frase de Bert Hellinger que me impactó “quién tiene reservas con su madre las tendrá con la vida y la felicidad”. De inmediato yo empecé este proceso de identificar y analizar cómo fue la relación con mi mamá a lo largo de las diferentes etapas de mi vida. Con el trabajo de proceso personal que inicié con las constelaciones, escuchaba a muchos de mis maestros decir que “ si tomábamos a mamá” muchas situaciones en la vida cambiarían y nuestra vida sería mejor y más feliz.

Y entonces la pregunta era ¿Y cómo tomo a mamá?, ¿Cómo se hace eso?, ¿Es un proceso lento o es tardado?, ¿Qué se necesita?. Muchas preguntas en mi cabeza buscando respuesta; y seguía leyendo a Bert Hellinger “quien logra tomar a su madre, de esa forma logra ser exitoso y feliz. No es una cuestión mágica, sino que la manera en que aprendemos a vincularnos con nuestro origen, de la misma forma nos vincularemos con la vida e incluso con nuestra profesión”.

Entonces cualquier tema que no esté resuelto con la madre se refleja en todo asunto de la vida cotidiana, llámese pareja, familia, salud, trabajo, dinero, éxito y abundancia. Así que, algunos ejemplos concretos de que hay que sanar esta relación con mamá son:

• Si tienes o has tenido problemas de pareja.
• Si el dinero no llega, o llega y se va o tienes dificultades financieras.
• Si tus relaciones familiares (con tus hijos, madre, suegra, hermanos) no van como quieres.
• Si empiezas muchas cosas o proyectos e incluso relaciones, pero enseguida te aburren y al final abandonas todo.
• Si hay situaciones en tu vida cotidiana que te están afectando, muy probablemente estás separado de la fuente que te conecta con la plenitud y el amor universal.

Desde la mirada sistémica, la importancia de tomar a la madre es el requisito para tener éxito, aceptar y fluir con la vida. ¿A ti te ha pasado alguno de estos cinco puntos? Yo me identifiqué con varios así que inmediatamente quería saber todo lo que se necesitaba hacer para “tomar a mi mamá” y quería que esto pasara rápido; lo más rápido posible y ya, resolver y darle carpetazo. Y fue ahí cuando me dí cuenta de que esto era un proceso, un proceso de sanación que requería hacer consciente lo inconsciente, trabajar no solo a nivel mental, sino también a nivel emocional, a nivel energético y a nivel espiritual y que cada uno tendría que ir sanando los momentos en los que no fue mirado, no fue validado, no fue reconocido, no fue escuchado, no fue suficiente.

Para sanar la relación con mamá no importa si no la conociste, si no conviviste mucho con ella, si ella se iba a trabajar todo el día, si ella te abandonó, si toda la vida vivió a tu lado, si te adoptaron, si aún vive o si ya murió.

¿Qué es tomar a la madre?

Tomar a la madre no es otra cosa más que aceptarla como es, no importa que en nuestras expectativas alguna vez no cumpliera del todo lo que esperábamos, porque es justamente esta clase de reclamos y juicios los que nos causan conflictos en la vida. En resumen, para tomar a la madre el trabajo empieza con mirarla tal y como es, con todo lo lindo y lo no tan lindo, después había que reconocerla y de esta forma asumirla e internalizarla, lo cual no siempre es tan fácil como suena porque su personalidad, su carácter y sus acciones no siempre nos lo facilitan. Después había que agradecer el regalo más importante que nos dió, la vida; y por último había que honrarla. De esta forma siguiendo estos cuatro pasos uno iba realizando este proceso de “tomar a mamá”. Lo más importante de este proceso es que en la medida en que tomamos a nuestra madre, tomamos la vida en su totalidad. Con el paso de los años lo que he visto en cada uno de las personas que han ido a constelar, es que al sanar la relación con la madre refieren que se quedan con una sensación de paz y tranquilidad en su corazón. Te invito a que puedas experimentar esto y vivir la experiencia transformadora de sanación para tí y para las futuras siete generaciones de tu linaje.

Por Angélica Ostoa Montes

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