Ante los retos y constantes cambios, cada uno de nosotros va adaptándose y logramos en mayor o menor medida crecer interiormente o darnos cuenta que es importante evolucionar. Llegó un momento en el que accedí al mundo del couching y eso me ayudó a hacerme consciente de la importancia y trascendencia de las emociones, mismas que pueden llevarnos a la toma errónea de decisiones o a vivir dentro de un constante autoconocimiento y mejora personal. A través de todo lo aprendido puedo constatar que nada hay más cierto que jamás terminamos esa búsqueda de nosotros mismos y el camino del aprendizaje.

Hace algunos años me tocó ver cara a cara un monstruo que vivía dormido y que me sigue causando un miedo enorme: ansiedad y depresión; yo que creía que todo lo que había vivido no era para llegar a caer en estos abismos, y ahí estaba yo, perdida y aterrorizada por no saber qué hacer, afortunadamente hubo personas que jamás soltaron mi mano y aquí estoy, caminando aún entre estos abismos pero con mas herramientas.

Grandes personas han contribuido a mi experiencia, desde mis amados padres, mis hermanas, pasando por mis queridos alumnos, maestros, jefes, compañeros, personas con las que coincido, y por supuesto mis adorados hijos. Puedo decir que cada una de las personas con las que me he encontrado son de un enorme valor. Cuando eres couch puede ser que te confundas y quieras arreglar al mundo entero, pero uno de los principios del couching es que nadie que no te pida ayuda puede ser apoyado. Suelo pensar que quienes nos encontramos en caminos de sanación de otros, es porque queremos sanar de forma personal.

Una de mis grandes pasiones es el café y por eso también me dedico a su venta y distribución, cada sorbo de café me recuerda que estoy viva y conectada a la grandeza de la naturaleza, y su calor y aroma me transportan al delicioso café con leche que mi mamá solía preparar. Nací en Orizaba, Veracruz, zona cercana a Córdoba que es un lugar donde se cultiva el café, por eso sé, lo que es pasear entre los cafetales y ver los granos y poder percibir su textura y aroma.

Como muchos de los que puedan llegar a leer este texto me he encontrado perdida y sin ninguna razón para seguir, he optado por reconstruirme siempre que sea necesario para mi mayor bien. A quienes amablemente me lean y toque su corazón, agradezco desde el alma y confirmo la grandeza de compartir este bello mundo.

“Tanta gente, tanto espacio, tantos mundos y… coincidir.”

Por Erika López

Corredor hipotecario y entrenador.

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