Todos los que tenemos un negocio, sin importar el giro o tamaño de éste, tenemos competencia, esto es, otros negocios que compiten por los mismos clientes que yo estoy buscando, así que, cuando se habla de competencia, esta puede ser clasificada de dos formas: directa o indirecta.
La competencia directa son aquellos negocios que ofrecen el mismo producto o servicio que yo, pero con un diferenciador; y la competencia indirecta son aquellos negocios que ofrecen servicios o productos sustitutos, es decir, satisfacen la misma necesidad que el mío, pero no son lo mismo. Para comprender mejor lo anterior pongamos el siguiente ejemplo, yo tengo un puesto de tacos de guisado en el mercado de mi colonia, en dicho mercado también hay otro puesto de tacos de guisado, uno de tacos de carnitas, otros tres de comida corrida, otro de ensaladas, unos más de tacos de barbacoa y uno de tacos de canasta; mi competencia directa es el otro puesto de tacos de guisado, ya que ofrece un producto como el mío y compite directamente por los mismo clientes que yo, aquellos que gustan de los tacos de guisado. Los demás negocios son mi competencia indirecta porque ofrecen una opción para satisfacer el hambre de las personas, pueden ser tacos, ensaladas o comida corrida.
Lo anterior es de gran relevancia a la hora de definir y conocer mejor quién es mi cliente, ya que con ello puedo establecer las estrategias para fidelizarlos, crear o innovar en los productos y/o servicios que les ofrezco, todo alrededor de mi principal producto, los tacos de guisado. Por ejemplo: qué otros guisados puedo incorporar al menú, cuáles son algunos tipos de bebidas que acostumbran tomar cuando comen este tipo de tacos, el tipo de salsa o las características de las tortillas, etc. Quizás pueda ofrecer el servicio de tacos de guisado para eventos, esto dependerá de lo que mis clientes quieran y necesiten.
Observar a mi competencia directa me permitirá obtener una idea sobre cómo ellos llevan su negocio, y si las estrategias que ellos ponen en marcha funcionan; a partir de esto, el siguiente paso es determinar si podrían funcionar para mi negocio, y en caso afirmativo, cómo es que yo puedo aplicarlo. No es necesario esforzarse en reinventar todo, pues podemos adaptar algunas de las cosas que a los demás les han funcionado. Para el caso de la competencia indirecta, también puede resultar ver las estrategias que usan para retener clientes o para fidelizarlos. Comprender a la perfección quién es mi competencia directa e indirecta me permitirá enfocar y aprovechar los esfuerzos que haga para incrementar mis ventas, como el desarrollo de productos y servicios que realmente sean atractivos para el segmento de clientes al que estoy enfocado en satisfacer.
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