Regularmente adquirimos productos o servicios que nos ayudan a satisfacer alguna necesidad, crear satisfacción o resolver alguna situación específica. Casi cualquiera de las cosas que adquirimos pueden entrar en alguna de estas categorías. Por ejemplo, el adquirir un vehículo permite satisfacer la necesidad de movilidad, pero quizás a José le gusta traer un “Volkswagen 1973” considerado como un clásico y que está bien cuidado, ya Pedro un “Pontiac Camaro Turbo” del año, los dos satisfacen la necesidad de movilidad, pero a un precio diferente. José se siente atraído por su vehículo porque tiene un valor sentimental, ahorra gasolina y su mantenimiento es económico; Pedro en cambio, se siente atraído por la velocidad que pueda alcanzar su carro, el rendimiento y las características del motor que pueda tener. Entonces, el enfoque en las características que debo promover de mi producto, hablando de vehículos, debe ser distinto si quiero que José o Pedro lo compren ¿cierto? Por eso es muy importante determinar los requisitos son las características que nuestros posibles clientes están buscando, si puedo y es viable agregarselas a mi producto o servicio y, si es rentable hacer dichas adaptaciones.

Por lo tanto, esa calidad o conjunto de estas, por las que una cosa es apreciada, representan el valor que tiene para una persona y por el cual se decide adquirirla. Es así como el conjunto de características que promoverá nuestro producto o servicio, serán la propuesta de valor que ofreceremos a nuestros clientes.

Es muy importante que observemos y escuchemos a nuestros clientes, ya que ellos nos dirán si lo que pensamos o creemos sobre nuestro producto o servicio, realmente les parece de valor a ellos.

En este sentido, una propuesta de valor clara, concisa y transparente hará que nuestro negocio llegue al mercado y público correcto.

Entonces, ¿Qué es una propuesta de valor? Es una herramienta para transmitir de forma precisa las ventajas que un producto o servicio puede aportar a sus clientes. Es esencial señalar cómo tu producto resuelve un problema, cuáles son sus beneficios y como puede brindar satisfacción a tu cliente.

Piensa en por qué te comprarían a ti y no a alguien más. ¿Qué ofreces que los demás no? Esto es información de impacto para tu mercado y permitirá que identifiquen en tu producto o servicio una propuesta visible. Por esta razón también es importante que sepas identificarte con información, imágenes e ideas claras para tu público.

Recuerda mencionar si tu propuesta de valor tiene impacto social, permite un cambio de vida, brinda un beneficio emocional o un beneficio funcional. Con ello, podrás definir mejor tu propuesta.

¿Quieres saber más sobre cómo definir tu propuesta de valor? ¡Contáctanos!

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