“Vivimos en un mundo que a diario nos persuade, nos desenfoca y muchas veces como efecto logra hacernos sentir limitados; pues en los estándares sociales, es más importante empatar con la moda, las reglas preestablecidas lo innovador, que lo que realmente les gusta o anhelas. Dichas reglas van en función del consumismo y la gestión de la sociedad. Cuando nos hallamos inmersos en estas circunstancias muchas veces no somos conscientes de ello, pues optamos por tratar de encajar, haciendo a un lado nuestros intereses reales, nuestra verdadera personalidad.

La idea de no ser nuestra prioridad, va en función de lo que se conoce como: “ser amable”, “condescendiente” e inclusive, “dejar de sentirte culpable o egoísta”, “ser una buena persona”. Todo esto, lejos de darte un estatus, te va desviando de ti, de la prioridad que debes tener presente como persona. De tu propósito de vida.

Los expertos en la materia denominan el amor propio, como: el autocuidado que proclamamos a nosotros mismos, es decir, cómo respetamos nuestra escala de valores, principios y la auto aceptación de nuestro ser. El punto crucial aquí, donde se puede desvirtuar el precepto viene del reconocimiento que implantaron en ti quienes se hicieron cargo en tu primera etapa de vida, con quienes conviviste, quienes te criaron; hermanos, padres, familiares, tutores, maestros, etc.

Así mismo se menciona que el amor propio se construye cuando nos comprometemos con nuestro cuidado físico, mental y emocional, empleando técnicas y/o herramientas para tornar nuestra realidad más acorde a los anhelados intereses propios.

Es aquí cuando dejamos de ser víctimas haciéndonos cargo ahora sí de reordenar estos ámbitos ad hoc a la realidad que queremos ver materializada en nuestra actual vida; y nos manejamos como adultos que somos haciendo cambios y acercándonos a los profesionales en materia, para matizar y ordenar las áreas de oportunidad que tenemos. Y así, dejar de responsabilizar a otros de nuestra actual situación. Esto representa un reto, ya que todos estamos dotados de memorias resistencia al cambio, al autoanálisis. Pero sin hacer estos cambios seguiremos encasillados en el sufrimiento, y la aparente impotencia que nosotros mismos elegimos vivir.

Una de las claves aquí es aprender a poner límites, saber decir “no” cuando nos hallamos en circunstancias que comprometan nuestro desempeño, valores o integridad, o simplemente afecten directa o indirectamente nuestros intereses.

Debemos tener claro que “somos la prioridad en nuestra vida”; y por consiguiente tener en cuenta que contamos con la capacidad de “perdonarnos a nosotros mismos” sabiendo que los errores son parte del ser humano; al hacerlo podemos darle un mejor sentido y propósito a nuestra vida. Sumamos, también al aprender a manejar nuestra emociones, lograr que estas no detonen en nosotros boicot, auto castigo, y no logren ser más grandes que nosotros mismos, teniendo claro que ¡todo tiene solución!. Y que si nos empoderarnos en hábitos, pensamientos y costumbres podemos gozar más de la vida.

imples cambios, convive con personas que te valoren, te aporten energía positiva, dedica más tiempo a tus hobbies, haz actividad física, rompe rutinas, organiza tus tiempos para que logres aprovechar de mejor manera tu vida, nunca dejes de aprender y experimentar cosas nuevas . Y no olvides nunca que tu imagen es tu cara al exterior, ¿Cómo quieres mostrarla?. Y tú ¿Qué eliges hacer hoy para fortalecer tu amor propio?