No le tengas miedo al cambio y reinvéntate

Feb 1, 2023

Saludos a todas las almas conscientes que leen esta revista. Quiero platicarte como empecé mi proceso de transformación, como pase de ser oruga a mariposa para llegar a ser la mujer plena que hoy te escribe.

Un día me desperté a los treinta y cinco años triste y añorando ser la mujer que era en mis veintes, solía ser una chica decidida a triunfar, llena de ilusiones y proyectos de vida.

En ese momento solo tenía un pensamiento en mi cabeza –¿Qué me pasó, en que momento me perdí a mí misma?- Mis bellezas, yo a la edad de treinta y cinco años ya había tenido un matrimonio y un divorcio, de ese matrimonio tuve una hija hermosa, ya había trabajado por mi independencia y gozaba de libertad financiera, por lo cual me sentía cómoda y en mi zona de confort, y según yo tenía una relación estable con mi pareja de ese momento, hasta que la vida me jugó una mala pasada.

La pareja que tenía me fué infiel, y yo estaba enamorada. –¿No sé si tu ya hayas pasado por algo parecido?– Pero lo peor no fue la infidelidad si no que yo había dejado mi vida, mis amigos e incluso de hacer más negocios, añádele mi inexperiencia e ignorancia en todo lo relacionado

con la espiritualidad, sentí en se momento que mi mundo se derrumbaba, y en un instante me quede sin amor propio, me sentía vieja, obsoleta y deseando volver a ser la de antes.

De nada sirve lamentarse de lo que pudo haber sido y no fue, ya que yo tomé la decisión de dejar todo por seguir al amor y sufrí las consecuencias de mis actos, caí en una depresión, cuando estas en un estado de depresión todos saben que estas deprimido menos el deprimido, pero un gallito de luz en mi mente me decía -esto lo tengo que superar.

Así fué como por instinto de supervivencia decidí inscribirme a la escuela para ser Coach ontológico del ser, la Ontología es la rama de la física cuántica que estudia el comportamiento y pensamiento del ser humano.

La transformación fue inminente, lloré, grité, perdoné, agradecí, quiero recalcar la importancia que fue trabajar en sanar mis heridas de la infancia, y así lo hice hasta recobrar mi amor propio, eso fué de lo más gratificante que te puedas imaginar, no puedes cambiar ni evolucionar si no limpias tu alma de traumas y huellas del pasado. Me reinvente, hice una versión corregida y mejorada de mí misma. Aprendí que la autoestima y la seguridad de uno mismo no se compra, lo importante es trabajarla todos los días.

EL VALOR NO TE LO DA NADIE, TE LO DAS TÚ MISMO.

Sabes por qué me gusta tanto el coaching, en él se trabaja cuerpo, mente y espíritu. Me dí a la tarea de seguir estudiando nuevas herramientas que me proporcionaran más bienestar, fue en ese momento que decidí compartir con el mundo lo que a mí me había funcionado para mi transformación.

Abre tus alas, confía en tu potencial, trabaja en tu superación personal.

Como dato curioso:

Sigo estudiando, aprendiendo siempre nuevas cosas y también sigo haciendo más negocios, hoy sé que nada es para siempre y la vida nos brinda todos los días la oportunidad de ser extraordinarios y felices.

La felicidad la encuentras cuando estás a gusto contigo mismo, así como la mente, los libros y los paraguas no sirven si no los abres.