HAZTE OÍR PARA CERRAR CICLOS DE DOLOR

Sep 28, 2022

Mahsa Amini

“Mujer Iraní de 22 años muere de un infarto tras ser detenida por la policía de la moral por mostrar el cabello” “Detienen a Nilufar Hamed, primera periodista en dar la noticia sobre Mahsa Amini” “Muere niña de 10 años en protesta contra la aprehensión y asesinato de Mahsa Amini” Parecen encabezados del siglo XIIV ¿verdad? Lastimosamente, todo esto pasó solo en los primeros 20 días del mes de septiembre del año 2022, es decir, en pleno siglo XXI. Mahsa Amini murió el pasado 16 de septiembre a causa de muerte cerebral por consecuencia de los golpes que propinó la policía de la moral en Irán durante su detención por no portar el hiyab de manera adecuada y mostrar parte de su cabello en público.

La policía de la moral es un grupo formado por paramilitares entrenados para hacer que la sociedad (principalmente mujeres) respete los códigos de vestimenta y valores que exige el Islam. Dicho grupo tiene la facultad de detener y multar a las mujeres que, según ellos consideren, falten el respeto al islam en público. En estricto sentido, la sanción a la falta más grave solo amerita detención no mayor a 16 horas y capacitación sobre el uso adecuado de la vestimenta en público. Al terminar la capacitación, las mujeres detenidas son entregadas específicamente a sus hermanos (hombres) mayores y ellos decidirán si requiere algún otro tipo de sanción o si solo la guiaran por el camino correcto. Es importante mencionar que la patrulla está conformada por hombres y mujeres.

En los vídeos de la detención de Mahsa se percibe con toda claridad que quienes se acercan a Mahsa son todos hombres y desde minutos antes de subirla a la camioneta comienza a recibir golpes y un trato mucho más violento. Lo curioso de esto es que, pese a que todos los vídeos que han salido a la luz se ven muy claros, el gobierno sigue declarando que su muerte fue dentro de su celda por infarto al corazón y en pocos días se confirmará si el estado es el culpable o fue una cuestión de salud. Las protestas realizadas alrededor de todo el mundo por niñas y mujeres se han desatado en la última semana y hacen diferentes peticiones para retirar estos grupos de choque y las ideas limitantes y discriminatorias regidas por el islamismo. Millones de mujeres en todo el mundo sufren algún tipo de violencia en su día a día, principalmente violencia de género.

Entendemos la violencia de género como todo acto intencional en perjuicio de la integridad física o mental de una mujer por el simple hecho de ser mujer. Se puede presentar en formas y contextos diferentes como abuso sexual, discriminación, censura, derechos y obligaciones diferentes a los de un hombre, límites en el desarrollo profesional, no tener acceso a la educación ni a la información, obligación por cumplir los parámetros establecidos por la sociedad dentro del mundo de la belleza, no tomar decisiones que pueden afectar su integridad física ni emocional, no recibir un sueldo igual al que recibiría un varón en el mismo puesto, poder laborar en áreas o vacantes muy limitadas, no tener libertad para comentar sus propias ideas, entre otras cosas.

Son actos que parecen pequeños e inofensivos pero que en realidad pueden destrozar la vida de una mujer. Esta última frase parece muy dramática pero ahí está la realidad. Nos han robado el derecho a soñar. Un estudio confirmó que los sueños profesionales de una niña en la actualidad terminan entre los 4 y 5 años. En 1990, las niñas decían que querían ser astronautas, ingenieros, bomberos o presidentas de un país mientras que en la actualidad es frecuente escuchar a una niña declinar de su sueño de ser presidenta pues “es un puesto solo para hombres.” Y esto es solo en las culturas americanas. A lo largo de la vida y en todas las culturas han querido enseñarnos a comportarnos, a vestir, hablar, caminar y hasta comer como “señoritas ” como sinónimo de delicadeza e inferioridad y lo más preocupante es que lo hemos permitido y normalizado con etiquetas como “son costumbres de familia” “lo hacemos por tu bien” “es para que nadie te falta al respeto” “debes aprender a darte tu lugar.” Si bien es cierto que no podemos cambiar la historia ni culpar a quienes durante tanto tiempo reprodujeron estos patrones sin pensar en lo que provocaría en las próximas generaciones, está en cada uno de nosotros entender de dónde viene y trabajar para romper estas tradiciones siendo conscientes de que no solo los hombres son quienes deben reeducarse y que este trabajo tampoco debería de convertirse en una guerra de mujeres contra hombres. Los cambios que se han logrado hacer durante el paso de los años han sido el resultado de trabajar en equipo.

Por: Nathalia Montaño

Psicóloga

WhatsApp: 5610203143

Facebook: @conectanathm

Contenido relacionado

0 Comments

Submit a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *